En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen del
término civilización. En concreto, hay que subrayar que se trata de una
palabra que emana de la conjunción de tres partes: el vocablo “civilis”,
que es equivalente a “civil”; el verbo izare, que puede traducirse como
“convertir en”; y finalmente el sufijo “-ción”, que es sinónimo de
“acción y efecto”.
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